La conselleira de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Beatriz Mato, destacó el papel que los alumnos de hostelería tendrán en el futuro para conseguir el reto de reducir el desperdicio alimentario en el sector de la restauración y de la hostelería. En ese sentido, defendió que es necesario complementar su formación adquiriendo conocimiento sobre la cultura del reciclaje, para saber como gestionar los residuos que genera su actividad y reciclar más y mejor.
La conselleira de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Beatriz Mato, visitó la Escuela de Hostelería Álvaro Cunqueiro, donde se está desarrollando una acción de la campaña No al desperdicio alimentario; que la Xunta acaba de poner en marcha como proyecto piloto para su reducción en el sector de la hostelería. Se trata de una serie de acciones que se enmarcan dentro del convenio firmado entre la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación y las asociaciones provinciales de hostelería, con el fin de fomentar la economía circular y la lucha contra el cambio climático.
Entre las mismas destacan jornadas formativas, como la celebrada hoy en la Escuela Álvaro Cunqueiro, para seguir mejorando la gestión de los residuos y mejorar las pautas para reciclar más y mejor. El contenido de las mismas está centrado en cómo fomentar el ahorro energético, el ahorro de consumo de agua, la correcta gestión de los residuos y reciclaje y, por supuesto, la reducción del desperdicio alimentario. Con esta medida, se prevé llegar la cerca de 1.300 locales, que están adscritas a la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña.
Otro de los objetivos de esta colaboración es el fomento por la cultura de la reducción del desperdicio alimentario, por lo que se ofrecerá a los clientes a posibilidad de llevar la comida no consumida en los locales para su aprovechamiento posterior en los hogares. De este modo, se proporcionará el apoyo necesario para la adquisición de fiambreras y bolsas ecológicas, que deberán ser biodegradables y reutilizables.
Mato Otero indicó que con estas acciones se evita que los alimentos se conviertan en residuos, al tiempo que se reconoce el carácter de bien preciado de estos alimentos, ya que las pérdidas y el desperdicio de alimentos debe ser una de las mayores prioridades para responder al cambio climático. Según los datos de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde y el desperdicio de comida genera un 8% de emisiones de gases de efecto invernadero.
Indicó que es también especialmente preocupante a tasa de desperdicio de frutas y hortalizas, mucho más alta que las de cualquier producto alimentario (se desperdician casi la mitad de todas las frutas y hortalizas producidas) y en los países industrializados, como España, los consumidores desperdician un el 30% de los productos de cereales, 286 millones de toneladas anuales.
La conselleira de Medio Ambiente destacó que con esta iniciativa se da respuesta a uno de los sectores claves de la economía gallega, cuya actividad implica grandes consumos de energía, emisiones de gases efecto invernadero y la generación de residuos. En este sentido, este proyecto piloto enmarcara en una acción global que se desarrolla desde la Xunta para el reciclaje de residuos, desde las pilas, el cartón, los aparatos eléctricos, el vidrio o los neumáticos... y, que en este caso concreto, pretende convertir a la hostelería gallega en un referente nacional e internacional.
En definitiva, buscar el compromiso de toda la sociedad con un mundo mejor y más sostenible y para cumplir el reto que marca la Unión Europea en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que fija como objetivo la reducción de un 50% del desperdicio mundial de alimentos per cápita de los consumidores.
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