Un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la Universitat Politècnica de València (IIAD-UPV) lidera un proyecto europeo que tiene como objetivo el análisis de la utilización en agricultura de nuevos plásticos biodegradables con componentes activos que permitan un crecimiento óptimo de los cultivos y aumenten su competitividad en el mercado.
El proyecto, financiado por Climate-KIC -principal iniciativa a nivel europeo contra el cambio climático- cuenta con la participación, junto a la UPV, de la Universitat de València, Anecoop, Nurel y las asociaciones de agricultores AVA-ASAJA y la Unió de Llauradors i Ramaders.
Los plásticos acolchados convencionales, efectivos, pero negativos para el medio ambiente
Según explican desde el IIAD-UPV, el uso en agricultura de plásticos acolchados convencionales (obtenidos a partir de derivados del petróleo) representa una forma efectiva, aunque poco sostenible, de mejorar el rendimiento de los cultivos en todo el mundo, ya que tienen la capacidad de reducir la evaporación del agua, controlar el crecimiento de malas hierbas y prevenir el contacto directo de los cultivos con el suelo.
No obstante, como apunta Chelo González, investigadora del IIAD-UPV y profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN-UPV), "su retirada suele ser costosa y encarece el proceso productivo, por lo que, tras su uso, habitualmente son abandonados en el suelo, ejerciendo un impacto negativo tanto sobre el mismo como en cuanto al medio ambiente".
"Además", prosigue González, "no pueden ser reciclados debido a los elevados niveles de contaminantes que contienen. De hecho, una posible solución que podría ser su quema in situ genera un serie de contaminantes aéreos perjudiciales, como pueden ser las dioxinas".
El uso en agricultura de plásticos acolchados convencionales (obtenidos a partir de derivados del petróleo) representa una forma efectiva, aunque poco sostenible, de mejorar el rendimiento de los cultivos en todo el mundo
El problema económico
Sin embargo, con la utilización de plásticos acolchados biodegradables obtenidos a partir de materiales de origen natural, muchos de estos inconvenientes pueden evitarse. "Estos bioplásticos", explica la investigadora del IIAD-UPV, "podrían dejarse sobre el suelo sin riesgo de contaminar el medio ambiente y evitando de este modo los costes adicionales de su retirada. En la actualidad, el número de plásticos agrícolas biodegradables de origen natural en el mercado es muy limitado, y sus precios son de 2 a 3 veces superiores a los de los plásticos convencionales. Por ello, existe la necesidad de buscar alternativas sostenibles, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico".
Los componentes activos compensarían su mayor precio evitando tratamientos posteriores sobre los cultivos
La solución a este último punto puede venir, tal y como añade González, con la incorporación de componentes activos como antimicrobianos, antifúngicos o fertilizantes, que a su tendrían un valor añadido que compensaría su mayor precio. Así, estos componentes activos serían liberados al medio de forma controlada y evitarían tratamientos posteriores sobre los cultivos, y su consiguiente coste.
Por lo tanto, en el marco del proyecto, los investigadores analizarán las perspectivas, riesgos y oportunidades de la utilización de estos materiales, así como sus posibles funcionalidades adicionales. Para ello, se elaborará una serie de encuestas sobre el uso de plásticos biodegradables que serán enviadas a empresas fabricantes de plásticos para uso agrícola, agricultores y asociaciones de consumidores. Así mismo, se llevarán a cabo también evaluaciones económicas, funcionales y de ciclo de vida.
"Los bioplásticos activos", concluye Chelo González, "podrían redefinir las prácticas agrícolas y el sistema alimentario, ofreciendo un nuevo modelo de agricultura sostenible, no solo mediante la sustitución de los plásticos tradicionales sino como un nuevo enfoque para los tratamientos en campo".
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