Antonio Rosal, profesor del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica de la Universidad Pablo de Olavide, asegura que en España y a día de hoy, todavía es importante la cantidad de residuos urbanos que tienen como destino final el vertedero, cifra que sitúa en un 60 por ciento, aproximadamente. Por lo tanto, “si se cumple la expectativa lanzada por la ONU de que en el 2025, prácticamente, se quintuplicará la generación de residuos, está claro que necesitamos mejorar la gestión y el tratamiento que actualmente se lleva a cabo para reducir significativamente el volumen de residuos que se vierten”.
Estas declaraciones han sido realizadas con motivo de la celebración del curso “Aprovechamiento de residuos orgánicos. Sistemas tecnológicos del compostaje”, que se está desarrollando en el marco de los cursos de verano que la Universidad Pablo de Olavide organiza cada año en su sede de Carmona, y del que es director.
Dicho curso trata de diversos aspectos relacionados con la evolución en la gestión de residuos urbanos, la problemática ambiental que genera, el compostaje de residuos biodegradables, el tratamiento y aprovechamiento de residuos agroindustriales en Andalucía, la separación selectiva, reciclaje y rechazo; la ingeniería del proceso de compostaje, etc. con el objetivo de conocer cómo podemos reducir el impacto medioambiental de la enorme cantidad de residuos urbanos que se generan en nuestras ciudades.
En el 2025, prácticamente, se quintuplicará la generación de residuos
Con respecto a las medidas que se están tomando para reducir el impacto ambiental, Antonio reconoce que la prevención, la reutilización y el reciclaje son aspectos que se han mejorado en España, aunque admite que aún nos queda mucho por hacer si se compara la gestión de residuos en nuestro país con la de otros como Alemania, Holanda o Austria. Para llevar a cabo esta política, el profesor universitario considera fundamental la educación ciudadana en temas relacionados con el consumo sostenible y la gestión de residuos y su impacto. Únicamente con esta concienciación se puede “modificar las formas de actuación de los ciudadanos en la vida cotidiana para redirigirlas hacia la prevención y minimización de los residuos”.
Como vías alternativas para reducir el impacto de los residuos a nivel medioambiental, Antonio Rosal señala el impulso de la reutilización y el alargamiento de la vida útil de los productos, la reducción del contenido de sustancias nocivas en los materiales, el incremento de la tasa de recuperación de los residuos reciclables, la apuesta por el compostaje y la reducción de la cantidad de residuos que terminan en los vertederos.
En este sentido, entre las medidas que se pueden llevar a cabo, el profesor apuesta por reducir la cantidad y nocividad de los residuos de envases, con medidas como la reducción de bolsas de un solo uso o el calendario de sustitución de plásticos no biodegradables; incrementar progresivamente la cantidad de compost procedente de la recogida selectiva en origen de residuos orgánicos urbanos y promover la producción de compost in situ para ser utilizada en el propio jardín o huerto particular.
Asimismo, considera muy importante reducir el volumen de residuos que debe recoger el municipio para tratar en instalaciones externas, así como simplificar la gestión y disminuir los costes asociados del resto de residuos del municipio, además de sensibilizar a la población sobre la problemática de los residuos y la importancia de separar en origen.
Por último, Antonio Rosal sostiene que “no hay mejor residuo que el que no se genera”, por lo que cualquier actividad debe ser desarrollada de tal manera que se optimice la reducción o eliminación de la cantidad de residuos y su contenido tóxico.
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