Un equipo internacional de científicos, liderados por la Universidad de Granada (UGR), ha demostrado que el flamenco común (Phoenicopterusroseus) facilita la ‘depuración’ microbiana de la materia orgánica en humedales salinos, mejorando la calidad del agua y reduciendo la carga de nitrógeno al fomentar la desnitrificación, una función facilitadora de estos animales desconocida hasta la fecha.
Las investigadoras de la Universidad de Granada Gema Batanero e Isabel Reche, junto a sus colegas de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, de la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra,de la University of Twente (Holanda) y de la University of British Columbia (Canadá), han analizado la influencia de los flamencos en los procesos microbianos de la laguna de Fuente de Piedra (Málaga) durante un año hidrológico húmedo y otro año seco.
Como explica Isabel Reche, “los humedales salinos son ecosistemas altamente productivos que actúan como filtros naturales, mineralizando la materia orgánica y reduciendo la carga de nitrógeno orgánico que reciben. Esta función “depuradora” la realizan los microorganismos que se encuentran en su columna de agua y en sus sedimentos y, con ello, mejoran en general la calidad del agua y reducen la carga de nitrógeno al fomentar la “desnitrificación”.
Los científicos han demostrado que los flamencos estimulan la actividad bacteriana, produciendo efectos en cascada sobre la abundancia de bacterias y de virus
Los humedales también son refugio y lugar de cría de numerosas aves acuáticas, como el flamenco común (Phoenicopterusroseus) en la laguna de Fuente de Piedra. Pero las consecuencias que pueden tener las aves acuáticas sobre el funcionamiento microbiano de los humedales se desconocía hasta este trabajo.
En el bioma Mediterráneo, como consecuencia del cambio climático, se está produciendo una reducción significativa de la superficie de humedales y de la duración de su hidroperíodo. “Este hecho, junto con políticas de conservación y una explotación por parte de los flamencos de hábitats artificiales alternativos como campos de arroz o balsas de acuicultura, ha ocasionado un incremento de las poblaciones de flamencos en el sur de la Península Ibérica”, destaca la investigadora de la UGR.
Las aves acuáticas, en general, y el flamenco en particular, introducen nitrógeno (N) y fósforo (P) en los humedales cuando depositan sus heces y, además, remueven los sedimentos.
“Agregaciones masivas de aves pueden producir, por un lado,efectos negativos de eutrofización del agua por los aportes de guano, proceso conocido como guanotrofización, y por otro lado, los microorganismos requieren N y P biodisponible para poder mineralizar la materia orgánica”, apunta Reche.
Por lo tanto, establecer la capacidad de carga de aves acuáticas que cada humedal puede albergar para que no se produzca guanotrofización pero se fomenten la actividad microbiana “depuradora” es crucial para una gestión adecuada de los humedales. “Una gestión que garantice el máximo de aves aconsejable, dependiendo de las condiciones meteorológicas, sin afectar negativamente la calidad del agua”, afirma.
Los científicos, que publican sus conclusiones en la revista ScientificReports, han demostrado que los flamencos estimulan la actividad bacteriana, produciendo efectos en cascada sobre la abundancia de bacterias y de virus.
Este estímulo sólo ocurre durante los años húmedos, cuando la abundancia de flamencos y el nivel de agua de la laguna es mayor. Por el contrario, durante los años de sequía, las poblaciones de flamencos se reducen mucho y, aunque existe una evapoconcentración del nitrógeno y del fósforo total, la ausencia del fósforo soluble biodisponible que proporcionan los flamencos afecta negativamente a la actividad microbiana de la laguna de Fuente de Piedra.
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