Bajo el título “Que se fai co lixo que chega a Sogama”, los integrantes de la familia de Os Bolechas (Carlos, Loli, Pili, Braulio, Sonia, Tatá y el perro Chispa) recorren las instalaciones que conforman el complejo medioambiental de Sogama en Cerceda para explicar a los escolares gallegos el tratamiento que recibe la basura producida en 294 concellos o, lo que es lo mismo, la generada por más de 2 millones de habitantes.
Describen la infraestructura de la que se sirve la empresa pública para llevar a cabo su cometido: una red conformada por 37 plantas de transferencia en las que se trasvasa los residuos urbanos desde los camiones de recogida domiciliaria a contenedores de mayor capacidad, aptos para ser transportados, por carretera o ferrocarril, al complejo cercedense. Se hacen eco de la firme apuesta que ha hecho la empresa por el tren como medio de transporte preferente dada su mayor respeto con el medio ambiente y las menores molestias ciudadanas ocasionadas.
Dos son las fracciones sobre las que la entidad centra su labor: los residuos del contenedor amarillo (envases de plástico, latas y briks) que son separados por tipologías en una planta de clasificación para ser remitidos a los centros recicladores, donde son transformados en nuevos productos, contribuyendo con ello al ahorro de energía y materias primas; y los desechos genéricos del contenedor verde, que son procesados en la planta de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible, donde se segrega la fracción susceptible de ser reciclada (acero, aluminio y vidrio), convirtiendo el resto en energía eléctrica, pero de una forma respetuosa con el entorno y la salud pública. De hecho Sogama genera la energía equivalente al consumo del 12% de los hogares gallegos.
No obstante, Os Bolechas no pierden la oportunidad de recordar los desechos a depositar en otros contenedores tales como el azul, para papel y cartón; iglú verde, para envases de vidrio (botellas, frascos y tarros); recipiente específico para pilas; y puntos limpios, a los que deben llevarse aquéllos de carácter especial tales como voluminosos, aparatos eléctricos y electrónicos, barnices, pinturas, etc.
También se recrean en el compostaje doméstico y sus bondades. Recuerdan que la fermentación controlada de los residuos orgánicos producidos en las viviendas unifamiliares con huerto o jardín es una magnífica opción para reciclar la materia orgánica, obteniendo a partir de la misma un compost de alta calidad que sustituye a los fertilizantes artificiales.
La publicación incide en la necesidad de que, con carácter previo, el ciudadanos lleve a la práctica cada día las tres erres, reduciendo la producción de basura, a través de un consumo responsable; reutilizando los productos o alargando su vida útil; y separando los distintos materiales, mediante el correcto depósito en los distintos contenedores habilitados en las vías públicas, para propiciar su reciclado.
El libro, promovido por Sogama y en el que colabora la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, concluye con una serie de actividades didácticas y lúdicas a través de las cuales los pequeños pueden poner a prueba los conocimientos adquiridos: dibujar, colorear cada contenedor, completar frases y buscar palabras relevantes en sopas de letras, entre otras.
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