Casi un centenar de escolares del concello pontevedrés de Poio, y pertenecientes al CEIP de Lourido y al Colegio Internacional SEK Atlántico, se desplazaron esta semana a Cerceda (A Coruña) para ver el complejo industrial de Sogama y recibir una clase de reciclaje, teniendo la oportunidad de descubrir por sí mismos el tratamiento que recibe la basura producida en sus hogares.
La tarea docente la asumió el equipo de educadores medioambientales que se encuentra al servicio de esta entidad pública, encargado de impartir una completa sesión teórico-práctica orientada a instruir a los jóvenes en la correcta gestión de los residuos municipales.
Las explicaciones iniciales, apoyadas por diverso material didáctico y divulgativo e incluso por juegos, tuvieron continuidad con un recorrido guiado por las instalaciones que conforman la infraestructura central de Sogama, la más grande de España.
Equipados con sus elementos de protección individual y, acompañados por los monitores, comprobaron el funcionamiento de la planta de clasificación, en la que se separan por tipologías los materiales recogidos a través de los contenedores amarillos (latas, briks y envases de plástico) para ser reciclados posteriormente en la industria transformadora, contribuyendo de esta forma a ahorrar energía y materias primas vírgenes.
Completado este primer tramo del circuito, accedieron a la planta de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible, encargada de dar el debido tratamiento a la basura convencional depositada en los contenedores verdes. A través de mecanismos similares a los utilizados en la planta de clasificación, en la misma se selecciona la fracción reciclable (acero, aluminio y vidrio) y el resto se transforma en un combustible CDR que nutre una planta termoeléctrica para producir electricidad. De hecho, con la energía producida en esta instalación se podría abastecer al 12% de los hogares gallegos.
De regreso a sus hogares, alumnos y profesores podrán valorar esta experiencia, que ya es calificada por muchos como la mejor clase de concienciación ambiental, a través de encuestas de satisfacción online, voluntarias y anónimas, en las que también dejarán constancia de sus conocimientos, observaciones e impresiones.
A día de hoy, más de 72.000 personas han pasado por la infraestructura industrial de la compañía para comprobar in situ su actividad.
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