La Sociedade Galega do Medio Ambiente ha culminado el proceso de revegetación de su complejo industrial de Cerceda, donde se centraliza la gestión y tratamiento de los residuos urbanos producidos en la mayor parte de la comunidad.
En total, se han plantado 4,11 hectáreas: 1,25 hectáreas de frondosas y 2,86 hectáreas de coníferas, todas ellas de procedencia gallega y con plena adaptación a las condiciones ecológicas del lugar, permitiendo de esta forma la instauración de una masa vegetal estable con capacidad para perpetuarse en el tiempo.
Mientras que en las zonas de menor profundidad de suelo, mayor pedregosidad y menor fertilidad, se han combinado dos especies (Betula alba –abedul- y Quercus robus –carballo-), las áreas más fértiles han sido dotadas con una mezca de Quercus robur, Quercus ruba (carballo americano), Fagus sylvatica (Haya), Fraginus excelsior (Freixo) y Prunus avium (cereixo bravo).
Respecto a las coníferas, la especie elegida has sido el Pinus pinaster (pino del país o pino marítimo), con procedencia de Galicia Costa, dada su mayor capacidad de absorción de CO2.
Beneficios ambientales y sociales
Con esta iniciativa, contemplada en su plan de sostenibilidad, Sogama pretende dotar de mayor estabilidad al entorno de su complejo medioambiental, protegiendo el suelo de la erosión y, por tanto, impulsando su acción como sumidero de CO2, y habilitando una barrera vegetal que, además de contribuir a la mejora del paisaje, permite el aislamiento acústico de su actividad industrial diaria, contribuyendo al bienestar del vecindario.
La culminación del proceso de revegetación coincide con el respaldo del Parlamento Europeo a las nuevas reglas para impulsar el papel de los bosques en la absorción de CO2, contribuyendo a reducir las emisiones y a incrementar la lucha contra el cambio climático, conforme a los preceptos del Acuerdo de París.
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