El colegio Virxe do Carme de Burela (Lugo), en su firme compromiso con la protección del medio ambiente, no ha querido dejar pasar una celebración tan especial como la del Día Mundial del Consumo Responsable, celebrado el 15 de marzo, sin aportar su grano de arena y evidenciar, una vez más, su apoyo a todas aquellas acciones que impliquen cuidar el entorno.
Las monitoras del Centro de Educación Ambiental GAIA, dependiente del ayuntamiento, se desplazaron a esta escuela para llevar a cabo una serie de actividades con las que se pretendía instar a la reflexión de los pequeños sobre la forma de consumir y las negativas consecuencias que las prácticas de usar y tirar, propias de la economía lineal, tienen para la naturaleza y la propia calidad de vida.
El evento contó con la presencia de la concejala de Medio Ambiente, Noelia María Ben, quien abundó en la necesidad de formar a las nuevas generaciones para que tomen conciencia de los perjuicios que puede entrañar una actitud consumista que no tenga en cuenta, entre otros aspectos, la elevada generación de residuos que trae consigo.
Actividades lúdicas
De cara a fomentar el aprendizaje de las buenas prácticas en el consumo responsable, los escolares pudieron participar en dos juegos: cada oveja con su pareja y el tren de los residuos. El primero tenía por objetivo mostrarles que los recursos naturales son limitados y que es preciso preservarlos para garantizar el futuro de la humanidad. De ahí la necesidad de dar múltiples usos a los productos y garantizar su reciclado al final de su vida útil, evitando la extracción de materias primas vírgenes.
Por su parte, el tren de los residuos lo conformaba la locomotora, representada por un escolar que portaba una tarjeta en la que se dibujaba un determinado contenedor de recogida selectiva, debiendo sumarse, a modo de vagones, los niños que portaban tarjetas de desechos que correspondían a ese contenedor. Si se integraba alguna tarjeta que no correspondía a ese recipiente, el tren descarrilaba. Una actividad especialmente divertida e instructiva de cara a diferenciar los materiales a depositar en cada recipiente.
Para complementar los conocimientos, todos los escolares recibieron folletos de Sogama en los que se explica de forma pormenorizada cómo aplicar el principio de las tres erres en la vida cotidiana (reducir, reutilizar y reciclar) y qué elementos deben introducirse en cada contenedor para garantizar el reciclado de los mismos.
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