La planta de biogás de Sogama, emplazada en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa (Cerceda-A Coruña), ha incrementado, en los seis primeros meses del 2016, y respecto al mismo período del año anterior, la producción de energía en un 4,91%, pasando de los 6.525,32 MWh a los 6.846,01 MWh, y ello a pesar de las inclemencias meteorológicas.
El modus operandi es muy sencillo: en el proceso anaerobio de fermentación de la basura se produce anhídrido carbónico y gas metano, dando lugar a un combustible (biogás) que se extrae a través de chimeneas de desgasificación formadas por un pozo relleno de grava en cuyo centro se dispone una tubería de drenaje de gases, aprovechándose el biogás extraído en 3 motores con una potencia instalada de 2,2 MW.
Debido a la falta de capacidad actual del complejo medioambiental de Sogama para tratar todos los residuos urbanos producidos por los 294 adheridos a su modelo, una parte se desvía a este vertedero, donde son gestionados conforme a la normativa vigente. No obstante, la empresa pública reconoce que no constituye la opción más deseable, por lo que desarrollará el proyecto de ampliación del complejo para que en el mismo se procese la basura producida en la mayor parte del territorio gallego, incrementado su capacidad en un 81%, pasando de las 550.000 toneladas/año nominales a 1.000.000. De esta forma, sólo se destinará a vertido aquella parte de los residuos que no se pueda reutilizar ni reciclar, y tampoco recuperar material y/o energéticamente.
Tras un ambicioso plan de acción diseñado por la Dirección, la empresa ha conseguido que, a día de hoy, el 85% del vertedero se encuentre clausurado (permaneciendo en explotación la parte sur del mismo), y que los desechos depositados en el mismo se hayan reducido en un 55%, bajando de las 413.379 toneladas vertidas en 2008 a las 185.041 de 2015, constituyendo éste el período en el que menos basura se depositó en vertedero de toda la historia de Sogama.
Con carácter previo, se incrementó el almacenamiento de lixiviados con dos nuevas balsas de 4.000 metros cúbicos cada una, se aumentó la dotación de depuradoras (de 2 a 4) y se incrementó la capacidad de depuración en más de un 200%, con la particularidad de que, al sellar más superficie, la generación de lixiviados se redujo de forma notable.
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