Tras la puesta en marcha hace unos meses de un programa piloto en colaboración con Ecologistas en Acción, en este caso, la Comarca se suma a la propuesta que, a través de una asistencia técnica, se va a iniciar desde el Consorcio de la Agrupación de Residuos nº1 de Huesca durante el mes de septiembre. De este modo, la empresa pública GRHUSA, pondrá en marcha diferentes posibilidades de gestión de la materia orgánica en las comarcas de la Jacetania, Alto Gállego y la Hoya de Huesca.
En el caso de la Hoya de Huesca, se ha decidido la colocación de compostadoras comunitarias en diferentes puntos de la geografía con características de población y tipología urbanística diferentes: Ayerbe, Tierz y Loporzano. La adhesión al sistema será totalmente voluntario, y las familias interesadas dispondrán de una llave de acceso a la compostadora, que estará ubicada en un espacio público accesible. Además, se les proporcionará formación, asesoría y un cubo para el traslado del residuo desde su vivienda hasta la compostadora.
El caso del compostaje doméstico se extiende a todo el territorio comarcal y se exigirá que los participantes dispongan de un jardín o corral (con suelo vegetal) para la colocación de una compostadora de tamaño doméstico. También se les proporcionará la formación y asesoría adecuadas. Se ha establecido un número máximo de cincuenta viviendas participantes por cada Comarca.
La empresa pública GRHUSA, pondrá en marcha diferentes posibilidades de gestión de la materia orgánica en las comarcas de la Jacetania, Alto Gállego y la Hoya de Huesca.
La adhesión a ambos sistemas es de carácter voluntario y se exigirá un compromiso de las familias de continuidad de la gestión de este residuo en sus domicilios. Se puede realizar una preinscripción vía internet a través de la página web. Un educador se pondrá en contacto con las familias y personas que sean admitidas para facilitarles la información y formación necesaria, así como hacerles entrega de los materiales.
Estas iniciativas se enmarcan en el horizonte de cumplir con los parámetros de reciclaje que para 2020 exige las directivas europeas y la legislación española, ya que al amparo de lo dispuesto en la Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo sobre residuos, traspuesta a nuestro ordenamiento jurídico por la Ley 22/2011, de residuos y suelos contaminados, antes de 2020, la cantidad de residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado para las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras fracciones reciclables deberá alcanzar, en conjunto y como mínimo, el 50% en peso.
Este objetivo supone un cambio sustancial en las políticas de gestión de los residuos domésticos, competencia de las entidades locales, ya que, en términos generales, la fracción que actualmente va destinada al reciclaje no suele alcanzar el 15% en peso, a pesar de la disposición de contenedores para las distintas fracciones (que para el caso de la Hoya son envases, papel y vidrio).
Por otra parte, debido a la composición de las distintas fracciones que componen la basura, y debido a su mayor contenido en agua, la materia orgánica (o biorresiduos), supone de media entre el 40%-50% en peso del total, por lo que resulta evidente que la consecución de los objetivos comunitarios pasa por proceder a la recuperación, bien parcial o totalmente, de esa fracción.
Ante esta situación, la implicación y concienciación de la población resulta un paso inicial imprescindible para comenzar a tomar decisiones acerca de la hoja de ruta a seguir con el objetivo de dar cumplimiento al objetivo 2020. Además, el impacto ambiental de la gestión de este tipo de residuos (derivados principalmente de la emisiones del transporte y gestión en vertedero) podrían minimizarse de manera destacable a través del tratamiento de esa materia en origen. Por su parte, el compost obtenido supone un recurso natural que reduce la necesidad de utilización de abonos o fertilizantes de origen químico.
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