El gran impulso a la certificación forestal (con el 56% de la madera consumida por el sector, el 55% del papel de fabricación nacional puesto en el mercado y el 56% de la producción de celulosa de mercado certificados), junto con un ambicioso objetivo de descarbonización (reducción de las emisiones de CO2 del sector papelero europeo en un 80% para 2050) y el crecimiento de la recogida de papel para su reciclaje por tercer año consecutivo son algunos de los aspectos recogidos en la Actualización de la Memoria de Sostenibilidad del Sector Papelero presentada hoy por ASPAPEL.
Materias primas: 98% de la madera, de procedencia local
La madera que se utiliza en España para fabricar papel se cultiva en plantaciones que se están continuamente replantando y regenerando y son motor de la economía rural.
La industria española de la celulosa y el papel utilizó en 2016 como materia prima 5,2 millones de m3 de madera. El consumo de madera nacional crece el 4%, mientras las importaciones de madera, que en 2015 se habían logrado reducir de manera drástica, continúan su caída hasta suponer solo el 2% del consumo total de madera, un punto menos que el año pasado.
La madera que se utiliza para la fabricación de celulosa procede en un 98% de plantaciones locales de pinos y eucaliptos, que en 2016 ocupaban 476.260 hectáreas (el 2,6% de la superficie total de bosques en nuestro país). En ellas se da empleo directo a 5.226 personas (un 1% más que el año anterior) en tareas de repoblación y silvicultura. Y adicionalmente se generan 16.833 empleos indirectos en maquinaria, transporte, talleres…
La madera que se utiliza en España para fabricar papel se cultiva en plantaciones que se están continuamente replantando y regenerando y son motor de la economía rural
Gracias a su rápido crecimiento, los pinos y eucaliptos de las plantaciones para papel fijan carbono más rápido, y son sumideros de CO2 muy eficientes. En 2016 las plantaciones para papel almacenaban 42 millones de toneladas de CO2 equivalente (un 35% más que en 2015).
Gran impulso a la certificación
España es una potencia forestal: somos el tercer país de la UE en superficie forestal. Para aprovechar la oportunidad que esto representa, la gestión forestal sostenible de esas masas forestales y su certificación es un tema clave, al que se está dando un gran impulso.
En 2016 el 56% de la madera consumida por el sector estaba certificada, frente al 30% del año anterior, y el resto era madera también de procedencia local controlada. Actualmente está certificado el 55% del papel de fabricación nacional puesto en el mercado y el 56% de la producción de celulosa de mercado.
“Tenemos la oportunidad de impulsar una bioindustria puntera basada en la gestión sostenible de nuestros recursos naturales. Y para aprovecharla —explicó Enrique Isidro, presidente de ASPAPEL—, tenemos que incrementar la inversión forestal, mejorar las infraestructuras forestales, racionalizar los procedimientos administrativos, agilizándolos y simplificándolos, mejorar la percepción social de la industria forestal y los productos forestales… Y hay que apostar, como hacemos desde el sector papelero, por la gestión forestal sostenible y su certificación”.
El 79% de los residuos del proceso papelero se valorizan
La búsqueda de la eficiencia a lo largo de todo el proceso a través de la innovación tecnológica es una seña de identidad del sector papelero en España. Fabricar papel con menos energía y menos agua y hacer un uso en cascada de las materias primas, convirtiendo los residuos en recursos, son los aspectos clave de esta filosofía de trabajo.
El sector de pasta y papel tiene una larga trayectoria en la valorización de sus residuos de proceso y subproductos y representa un buen ejemplo de economía circular, completando el círculo de reciclado y recuperación de residuos. Actualmente el 79% de los residuos del proceso papelero se convierten de nuevo en recursos en el uso directo agrícola o como compost, reciclados como materia prima en otras industrias o bien vía valorización energética.
La industria de la celulosa y el papel trabaja para afianzar y ampliar las vías de gestión actuales de los residuos y subproductos, con el doble objetivo de reducir el envío de residuos de proceso a vertedero (“vertido cero”) y diversificar las opciones de gestión, de manera que cada instalación pueda elegir su mejor solución de valorización del residuo.
Industria electro-intensiva y gas-intensiva, líder en descarbonización
La industria de la celulosa y el papel es electrointensiva y gasintensiva y lidera la descarbonización de la industria.
Las fábricas del sector producen la mayor parte de la energía que utilizan en eficientes plantas de cogeneración con 1.086 MW de potencia instalada. Con una generación de electricidad de 5,2 millones de MWh, inferior a la del año anterior (5,4), y una producción de celulosa y papel de 7,9 millones de toneladas, superior a la de 2015 (7,8), las emisiones sectoriales de CO2 se mantuvieron en niveles similares a los del año anterior.
El 70% del combustible utilizado en 2016 fue gas natural y el 28%, biomasa y biogás. El sector papelero es la industria líder en España en producción y utilización de energía renovable procedente de biomasa.
La industria del papel europea plantea en su Hoja de Ruta 2050 para liderar la bioeconomía baja en carbono, en la que el sector es pionero, el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 80% e incrementar la creación de valor añadido en un 50% para 2050.
El cumplimiento de este objetivo, con la implantación de tecnologías de descarbonización y el desarrollo de la producción de nuevos bioproductos, requerirá hasta 2050 una inversión adicional de 44.000 millones de euros en el conjunto de la industria papelera en Europa, lo que supone un incremento del 40% de unas inversiones sectoriales ya muy intensivas.
Para apoyar y acompañar esta transformación industrial, será necesario desarrollar políticas desde una óptica que potencien las inversiones necesarias, reduciendo los costes regulatorios, facilitando el acceso a la financiación, adaptándola a los ciclos de inversión de cada instalación y evitando la incertidumbre normativa.
Recogida de papel para reciclar: 3 años de crecimiento
La recogida global de papel y cartón para reciclar (incluida la recogida selectiva municipal a través del contenedor azul, puerta a puerta y puntos limpios, más la recogida de operadores privados en grandes superficies de distribución, imprentas, etc.) creció en 2016 el 3,1% y se sitúa en 4.710.300 toneladas.
Crece por tercer año consecutivo y se acerca al máximo histórico de 2008, cuando se rozaron los 5 millones de toneladas.
Actualmente, en España, el 71% del papel que consumimos se recoge y se recicla tras su uso y, para 2020, la industria papelera europea se ha fijado el objetivo de llegar al 74%, contribuyendo al desarrollo de la economía circular.
Las fábricas papeleras españolas reciclaron 5.195.900 toneladas en 2016. En la UE, región líder del mundo en reciclaje de papel y cartón, empatamos con Francia y solo nos supera Alemania en volumen de papel reciclado.
El 68% del papel que recicló en 2016 la industria papelera española era de procedencia local. Las exportaciones de papel para reciclar recogido en España, destinadas principalmente a China, se incrementaron en 2016 un 13,7% hasta la cifra récord de 1.152.800 toneladas. Para poder mantener su producción y garantizar empleo local, la industria papelera española ha necesitado importar 1.638.300 toneladas de papel y cartón para reciclar de otros países, principalmente Francia y Portugal.
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