Cada vez estamos más concienciados y ya pocos son ajenos a la importancia de cuidar el medio ambiente, que no es otra cosa que cuidarnos a nosotros mismos.
No obstante aún están generalizadas ciertas prácticas que, por desconocimiento, seguimos realizando día a día sin saber que traen repercusiones muy negativas.
Es el caso del aceite de cocina usado generado en nuestras casas. Una vez usados, no es raro que los ciudadanos tiren este residuo por el fregadero. Esta práctica es doblemente perniciosa. Por un lado, el impacto medioambiental comienza por los malos olores y crecimiento bacteriano en nuestra propia casa o comunidad. Igualmente, las aguas residuales van a parar a las estaciones depuradoras, donde el tratamiento se hace más difícil y costoso cuanto más carga contaminante lleve el agua.
Por otro lado, el aceite usado tiene un valor económico considerable, ya que puede ser utilizado para hacer jabones y biodiesel o como fuente energética en incineradoras. Se estima que cada ciudadano puede generar al año unos 4 litros de aceite. En Andalucía significan más de 30 millones de litros de aceite al año. Por tanto, tirar el aceite por el fregadero es como tirar dinero por el fregadero.
“Los falsos Gestores de Residuos salen caros”
Otra práctica generalizada es la de dejar electrodomésticos no muy grandes (microondas, televisores, ordenadores, etc.) en los aledaños de los contenedores de basura, ya que no existen contenedores para este tipo de residuos en la vía pública. En este caso tenemos de nuevo una mala práctica demasiado generalizada.
Los electrodomésticos contienen materiales de valor (cables, cobre, acero inoxidable,…) a la vez que componentes o sustancias peligrosas (pilas, mercurio, plomo, aceites industriales, gases CFC, etc.). Es frecuente que estos residuos caigan en manos de ilegales que, extrayendo los materiales de valor, dejan sin control la carga contaminante de los mismos. Este fenómeno conocido como “canibalización de electrodomésticos” es muy nocivo para el medio ambiente.
La administración, consciente de la importancia de la correcta gestión desde su origen, dispone de importantes sanciones para los ciudadanos que abandonan los residuos en la vía pública. Estas sanciones son aún mayores cuando se depositan en los contenedores de basura.
Nada ofrece más garantías que los gestores autorizados. Las que son conocidas como chatarrerías, son hoy entidades profesionales con una gran concienciación medioambiental. Estas empresas forman un eslabón importantísimo en el ciclo del reciclaje de los materiales, derivando los residuos bien a la reutilización, bien al reciclaje. Se impulsan así la economía circular, tan beneficiosa desde todos los puntos de vista (eficiencia energética frente a extracción primaria, disminución de residuos en vertederos, beneficio económico, medioambiental, etc.).
Tirar el aceite por el fregadero es como tirar dinero por el fregadero
La Junta de Andalucía dispone en su página web de listados de gestores de residuos autorizados, diferenciados por residuos peligrosos y no peligrosos. Desde la página de AGRESUR se puede acceder hasta esta página a través de Enlaces de Interés o pinchando aquí
En la entrevista en Canal Sur TV hablamos también de una práctica poco usual, pero no excepcional, de empresas de recogida de basuras. En las imágenes ofrecidas por Canal Sur se ve cómo una empresa de recogida de basuras municipal vierte en el mismo camión el contenido de contenedores de distinto tipo, mezclando así las fracciones de envases, papel/cartón y orgánica.
De nuevo nos encontramos ante una acción que provoca daños medioambientales y pérdidas económicas, por no hablar de la pérdida de confianza de los ciudadanos, que se han molestado en separar los residuos desde su origen.
Esto último es la parte más importante del reciclaje. Si los residuos no están separados en origen no se pueden aprovechar. La mezcla de los residuos provoca una mayor fracción “rechazo”, que solo tiene como destino ser enterrado en vertederos. Se pierde así una oportunidad de generar riqueza y empleo, de la que tanto estamos necesitados en nuestra comunidad.
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