La CEWEP ha hecho públicas una serie de entrevistas realizadas a distintos agentes del sector de los residuos a nivel europeo y que se enmarcaron en su último Congreso sobre Valorización Energética, celebrado el pasado mes de junio de Rotterdam, alcanzando su octava edición.
Bajo el lema “La economía circular se une a la Unión de Energía” (Circular economy meets energy union), a través de esta cita, a la que asistieron 170 participantes de 22 países, entre los que se encontraban representantes de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo, de las Administraciones Locales y del ámbito industrial y académico, se debatió el papel de la valorización energética de residuos en el nuevo contexto de economía circular, así como las novedades en materia de política de residuos a nivel europeo, dando a conocer igualmente las últimas tendencias tecnológicas del sector.
Con ello, se evidenció la relación existente entre las iniciativas de la UE en materia de economía circular y de unión energética, pudiendo configurarse la valorización energética como uno de los instrumentos de enlace. De ahí la necesidad de explotar su potencial mediante el establecimiento de sinergias entre la eficiencia de los recursos, la eficiencia energética, la economía circular y el cambio climático.
En Holanda, el 70% de la energía renovable procede de la valorización energética de los residuos no reciclables
Ventajas ambientales, económicas y sociales
En el ámbito de la gestión integrada de residuos, se dejó constancia de que no todos los desechos pueden ser reciclados, ofreciendo la valorización energética una excelente vía para que puedan ser recuperados. En este sentido, se insistió en que, más allá de ser conceptos antagónicos, el reciclaje y la valorización energética constituyen procesos complementarios, con la particularidad de que esta última puede substituir a los combustibles fósiles y por tanto, disminuir la dependencia de estos, constituyendo una importante opción de futuro. Asimismo, contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, toda vez que evita que los residuos sean depositados en vertedero, y a luchar contra el cambio climático.
Representantes de Dinamarca, Holanda, Italia e Irlanda, entre otros, ensalzaron los beneficios ambientales, económicos y sociales de este sistema. En el caso del país danés, los ciudadanos perciben directamente estas ventajas al disponer de calefacción central barata gracias a la recuperación energética de los residuos no reciclables, siendo conscientes de que ésta constituye una parte del círculo de tratamiento de la basura, junto con la reutilización y el reciclaje. En este sentido, no es de extrañar que, en el caso de Dinamarca, este tipo de instalaciones están emplazadas en zonas densamente pobladas, circunstancia que permite suministrar electricidad y calor a un buen número de habitantes.
Holanda, por su parte, destaca que el 70% de la energía renovable procede de la valorización energética de los residuos no reciclables, constituyendo ésta una vía prioritaria para alcanzar sus objetivos de generación de energía, mientras que Italia se muestra a favor de construir nuevas plantas de valorización energética y mejorar el rendimiento de las actuales. De no ser así, aseguran que correrán el riesgo de incrementar exponencialmente el vertido o continuar exportando residuos a otros países.
Respecto al mercado de la energía producida a partir de residuos, muchos expertos coinciden en señalar que éstos no deben tener fronteras, toda vez que, dentro de la Unión Europea, la eficiencia se mide en términos globales, contemplando a todos los Estados miembros. Es por ello que califican como una buena estrategia enviar residuos de zonas con excedentes a otras con déficit para proceder a la valorización de los mismos.
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