La Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética (CEWEP) ha publicado un vídeo didáctico mediante el cual da a conocer, con datos concretos, la íntima relación que existe entre la valorización energética de los residuos no reciclables y la economía circular. El vídeo se encuentra disponible en la página web de AEVERSU (Asociación Española de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos).
La economía circular, concebida como sistema integral para la reducción de la producción de residuos y su aprovechamiento como recursos de valor, no resulta viable sin contar con la valorización energética de aquella parte de los desechos que no es susceptible de reutilización ni de reciclaje. El concepto de “residuos aptos para valorizar energéticamente” se obtiene por exclusión, es decir, se trata de aquéllos que no son susceptibles de reutilización ni reciclaje y que, de no ser tratados en una planta de valorización energética, acabarían desperdiciados en vertedero, con el consiguiente impacto sobre el medio ambiente y la salud público.
El vídeo proporciona datos interesantes sobre la producción de residuos en la Unión Europea, cifrando en 10 kilos la cantidad que genera una familia en una semana. Esto significa que, en el plazo de siete días, se producen 2,5 millones de toneladas de residuos en la UE, cantidad suficiente para llenar el estadio de fútbol de Wembley dos veces en el mismo período.
La producción de energía a partir de fuentes de bajo coste, como es el caso de los residuos, permite reducir la dependencia de los combustibles fósiles
Si estos mismos 10 kilos de basura fuesen tratados en una planta de valorización energética, producirían suficiente energía como para calentar el agua que podríamos emplear en la ducha durante 5 minutos y en el plazo de una semana o bien para cargar nuestro ordenador portátil durante 3 horas en dos meses. Estas cifras dan una primera idea de la energía que desperdiciamos cuando los desechos no reciben el tratamiento adecuado.
Residuos y dependencia energética
La producción de energía a partir de fuentes de bajo coste, como es el caso de los residuos, también nos permite reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Tanto es así que, a día de hoy, CEWEP estima que la energía contenida en la basura que es valorizada energéticamente en Europa equivale casi al 20 por ciento de las importaciones de gas natural de Rusia.
De hecho, si se sometiesen a este tratamiento los residuos que no pueden ser reutilizados ni reciclados, se podría suministrar energía a 70 millones de personas en forma de calor y electricidad, lo que supondría una alternativa sostenible a 25 centrales térmicas alimentadas con carbón.
La lucha contra el efecto invernadero
La transformación de los residuos no reciclables en energía, en lugar de depositarlos en vertederos, evitaría además la emisión de 92 millones de toneladas de CO2, casi un 8% del total de las emisiones de la UE, lo cual constituiría una ayuda decisiva para la consecución de los objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea para 2030. Además, permitiría mejorar sensiblemente la calidad del aire de nuestras ciudades. Tal es el caso de la ciudad de Rotterdam, cuya planta de valorización energética produce vapor de agua que se distribuye a las industrias cercanas, permitiéndoles reducir sus emisiones de CO2 en 200.000 toneladas anuales. Para conseguir una reducción semejante, por medios naturales, sería necesario un bosque del tamaño de la ciudad de París.
El vídeo de la Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética concluye que no podemos continuar tirando a la basura nuestros recursos por más tiempo. Es por ese motivo que la valorización energética de la fracción no reciclables constituye una parte esencial y complementaria de la economía circular.
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