La multinacional italiana Ferrero Rocher ha aprobado la sustitución de 250 quemadores de gasóleo por otros de biomasa en 17 de las 22 plantas de fabricación con las que cuenta en todo el mundo, según informa la edición española de ‘Bioenergy International’, que edita la Asociación Española de la Biomasa, Avebiom.
Este ambicioso proyecto, que ha sido adjudicado al fabricante español Natural Fire, empresa asociada a Avebiom, se llevará a cabo en un plazo de dos años, después del buen resultado obtenido en el plan piloto desarrollado en la planta de Agrichile, situada en Talca (Chile).
El trabajo realizado hasta ahora por Natural Fire, que es consecuencia de la misión comercial a Chile promovida por Avebiom en 2016, ha consistido en la sustitución de los 18 quemadores de gasóleo existentes en la planta de secado de avellanas situada en Talca por otros de biomasa, alimentados por las propias cáscaras de la avellana.
El consumo de gasóleo era de 4.300 litros diarios, que ahora se sustituyen al 100% por la cáscara generada en la industria, 8,7 toneladas al día, por lo que el coste de la alimentación de los quemadores es prácticamente cero. El poder calorífico de la cáscara de avellana es de 17.500 kJ/kg, similar al del pellet de madera de alta calidad, si bien el porcentaje de cenizas es de apenas el 1,5%.
Los secaderos de avellana trabajan doce horas al día entre febrero y junio, para procesar la producción de unas 8.000 hectáreas de cultivo de avellana. El fruto con su cáscara permanece tres días en el interior del secadero. Para disminuir la humedad en la cáscara sin dañar la propia avellana se trabaja con temperaturas poco agresivas, entre 48º y 52°C. Cuando la avellana entra al proceso, la humedad de su cáscara es del 12% aproximadamente; y una vez finalizado, este porcentaje se reduce al 8%.
La planta del Grupo Ferrero desechaba inicialmente la cáscara de avellana, aunque posteriormente la vendía como subproducto, hasta que hace dos años decidió comenzar las pruebas con el quemador de biomasa Y-300LA de Natural Fire. El buen resultado de las mismas, por su poder calorífico y por el ahorro económico, ha aconsejado al grupo Ferrero utilizar las cáscaras de avellana como carburante.
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