La gestión de residuos en empresas es una buena arma de marketing

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(EHU) La ley española para la gestión de residuos se reformó en julio de 2011. Hasta entonces, se responsabilizaba al consumidor de los deshechos de los productos. Unai Tamayo, economista de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha realizado un estudio centrado en la nueva perspectiva de la gestión de residuos para observar cómo actúan las empresas de la Comunidad Autónoma Vasca ante la gestión de residuos. El trabajo se ha publicado en la revista Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa.

Los investigadores enviaron cuestionarios a un total de 254 empresas con ánimo de lucro que tenían el certificado ISO 14001 (correspondiente a sistemas de gestión ambiental) en diciembre de 2006, para poder saber por qué habían optado por la gestión de residuos y los beneficios que esto les había supuesto.

“Aunque hayan sido pioneras en dar el paso, su primera motivación es el hecho de que lo exige la ley o lo va a exigir en el futuro. No hay razones relacionadas con la ética o el mercado. Sin embargo, se observa que también se obtienen beneficios comerciales y que las relaciones con las administraciones y los proveedores mejoran”.

La principal motivación que empuja a las empresas a gestionar residuos es la propia legislación. En segundo y tercer lugar se encuentran la ética y la imagen; a corta distancia entre ellas, pero lejos de la primera motivación. Según explica Tamayo, existe cierto nexo entre la variable legal y la ética: “Si no nos lo piden, no tenemos motivación para hacerlo, pero, cuando nos lo piden, vemos justo que nos lo exijan”.

Asimismo, tal y como remarca la investigación, la gestión de residuos es una herramienta de marketing que produce resultados positivos a nivel de imagen. Por otro lado, debería provocar la reducción del coste económico, pero los resultados de las empresas analizadas no muestran mejoras en este sentido. Según Tamayo, esto se debe a que se basan en estrategias a corto plazo, sin realizar inversiones que podrían dar sus frutos en el futuro.

“Todo esto requiere de más recursos, tanto a nivel de material como de personal: un esfuerzo mayor. Por lo tanto, también se requiere de inversiones. Hay muchas empresas que han tratado de integrar los asuntos ambientales en las actividades de alta gestión; sin recursos, o adjudicando estas funciones a alguien que ya cumple con otras. Y, claro está, si no se asumen costes, poco se puede hacer”, apunta.

Aparentemente, muchas empresas relacionan la gestión interna de residuos con el despilfarro económico, razón por la que los investigadores de la UPV/EHU creen que es vital fomentar un 'cambio cultural'. “Si lo que queremos es hacerlo hoy y obtenerlo mañana, no vamos a ver resultados. Las cosas requieren de un proceso de maduración”, concluye Tamayo.

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