El “Señor de los libros”. Así se conoce a José Alberto Gutiérrez, un colombiano de 55 años que ejerce la profesión de conductor de un camión del servicio de recogida de basura en Bogotá y que, desde hace más de dos décadas, rescata libros de entre los residuos para que sean reutilizados en bibliotecas, escuelas y centros de lectura de todo el país.
Tal fue su pasión al respecto, que incluso llegó a montar en su propio domicilio una biblioteca a la que denominó “La fuerza de las palabras” y que operó durante 16 años como centro de aprendizaje para cientos de niños del sur de la ciudad que habitaban en áreas marginales y que en su mayoría consiguieron llegar a la Universidad; un logro del que se siente especialmente orgulloso.
“La fuerza de las palabras” cerró hace dos años, cuando José Alberto decidió donar su riqueza literaria a otras zonas necesitadas.
El primer libro que dice haber rescatado entre la basura llevaba por título “Ana Karenina”, de Leon Tolstoi, hace 21 años. Desde entonces, asegura haber recuperado más de 50.000 ejemplares de todas las materias y disciplinas, logrando para ellos una nueva vida y, por supuesto, beneficiando a muchas personas sin recursos.
Héroe de la ciudad
Fue reconocido como “Héroe de la ciudad” por una campaña publicitaria, premiando así una vida dedicada a sacar el máximo provecho de los libros y evitar su desperdicio. Colabora en la creación y difusión del patrimonio cultural, fomenta la escritura y el amor a la lectura, y trabaja con la ilusión de crear una red de bibliotecas populares para que algún día cada barrio disponga de su propio espacio comunitario para la formación, el apoyo a las tareas escolares, el ocio y el entretenimiento.
Gutiérrez considera que la lectura es el símbolo de la paz y la esperanza en su país. “Si a mí un libro me cambió la vida, imagínese el impacto de un texto en uno de esos lugares que ha sido víctima del conflicto armado y del olvido del Estado”.
En su momento, una empresa de Colombia le cedió un local próximo a su domicilio donde está montando una biblioteca museo. Contará con un taller de reciclaje en el primer piso y con un museo biblioteca en el segundo.
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