Este año mi familia y yo, decidimos escaparnos al Caribe a unas merecidas vacaciones: Sol, arena blanca, mar turquesa, excelente clima, comida deliciosa, todo como en la postal…. Excepto por un detalle: basura en las playas…
En una primera instancia, uno pensaría que el manejo de la basura es simple: Un juego de niños! Que es fácil evitar que la basura llegue a las playas, pero no es así.
Uno está muy acostumbrado a ver “desaparecer” la basura en el momento que el camión recolector, pasa puntualmente frente a nuestra casa y se lleva lo indeseable, lo que huele mal y que ya no nos sirve.
Se ve fácil y muchas veces ni siquiera notamos el costo que significa, pero esa no es la realidad de todos los países y mucho menos en una isla, en dónde el espacio es limitado y nadie quiere que la basura termine en su patio.
Recolectar la basura, separarla, tratarla y disponer de ella de manera ambientalmente adecuada tiene un costo y muchas veces un costo muy elevado. En los países de gran afluencia turística, no sólo deben lidiar con su propia basura sino también con la mía y la de miles de otros turistas que llegan felices a disfrutar de las bellezas de otros parajes.
Eso obviamente eleva los desafíos locales, que en los países del Caribe no son pocos. En muchos de estos países, la recolección está a cargo de instituciones públicas con cargo al presupuesto nacional. Estas entidades por diversas razones, enfrentan limitaciones para lograr la recolección de toda la basura que se genera. Una razón puede ser la falta de camiones que permitan asegurar una frecuencia de adecuada; en otros casos, terrenos de difícil acceso o configuraciones de archipiélago como en Bahamas vuelven las actividades de manejo de residuos sólidos un desafío logístico mayor.
A eso se suma la falta de políticas de reciclaje y/o reuso que significa que toda la basura (envases de vidrio o plásticos, restos de comida o incluso las baterías usadas) terminan en un vertedero. Y digo bien un vertedero, porque en muchos países del Caribe no cuentan aún con sitios adecuados para la disposición final de los residuos, es decir, un lugar donde la basura se disponga de manera segura para las personas y el medioambiente.
Una disposición final es inadecuada ya sea porque la basura no llega al punto de disposición apropiado (termina en un rio, en una alcantarilla o en medio de una playa turística) o porque el lugar de disposición no es adecuado (un vertedero, por ejemplo).
Una disposición final inadecuada puede tener serias implicancias en la salud de la población y en el medio ambiente: Los vertederos son usualmente vulnerables a incendios – intencionales o no – que generan humo que puede revelarse tóxico. En otros casos, la basura en si puede ser perjudicial para los ecosistemas y ejemplo de eso es la evidencia cada vez más amplia sobre los efectos negativos de los plásticos en los ecosistemas marinos.
Los gobiernos del Caribe están conscientes de los desafíos pendientes y varios han tomado acciones concretas para lograr un manejo sostenible de la basura. Belice y Barbados, cuentan por ejemplo con rellenos sanitarios de altos estándares que hacen un manejo adecuado de la basura. En Barbados, también existe la obligatoriedad de cobrar un cargo reembolsable en los envases de bebestibles a fin de fomentar el reciclaje de los envases. En otros países, como Haití y Guyana, frente a la problemática de los residuos que generan los envases de poliestireno expandido (o conocido como telgopor, icopor, plumavit, tecnopor, hielo seco en distintos países de América Latina y el Caribe) han promulgado la prohibición de utilización de estos materiales en sus países.
El problema de la basura, es un problema global. Muchos países de América Latina y el Caribe enfrentan grandes desafíos, tanto para manejar adecuadamente en el día a día las tareas operacionales (recolección, separación, disposición final) como para financiar y cobrar por un manejo adecuado de los residuos.
Reducir nuestros niveles de basura, reusar y reciclar lo que sea posible son acciones que permiten minimizar la presión que ejercemos a diario sobre los recursos naturales, pero además permiten reducir el esfuerzo y costo de manejar lo indeseable: nuestros propios desechos.
Si desea saber más sobre los desafíos y avances en los países del Caribe, revise nuestra más reciente publicación “Solid Waste Management in the Caribbean.” (disponible solamente en inglés).
Este post se publicó originalmente en la web de BID y se replica aquí con su expreso consentimiento.
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