Comienzo esta pequeña aventura de bloguero en iResiduo hablando de impactos de la basura electrónica, el tipo de basura que actualmente más rápidamente crece en el mundo. Algo fácil de entender si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en el año 2013 había casi un teléfono móvil por persona, concretamente 6.400 millones frente a los 7.000 millones de habitantes; o que las estimaciones hablan de un total de 10.000 millones de smartphones y tabletas en todo el mundo este año 2016. En España no somos ajenos a esta tendencia y ya en 2012 en el 96% de los hogares había al menos un teléfono móvil y en el 74% ordenador.
No cabe duda de que estos dispositivos tienen importantes utilidades (muchos dirán que es imposible estar en el mundo actual sin varios de ellos), pero probablemente de lo que no somos tan conscientes es de lo que pasa cuando los desechamos, y aquí me hago eco de algunos datos de la campaña Tira del Cable de ONGAWA:
- En Europa se tiran cada año más de 100 millones de móviles, muchos con menos de dos años de uso. En España se tiraron en 2007 42.000 toneladas de residuos informáticos de las que sólo se reutilizaron el 8%.
- En 2010 se generaron en el planeta 50 millones de toneladas de basura electrónica, 8,7 millones en Europa, es decir, unos 15 Kilos anuales por persona, de la que sólo el 25% fue recolectada y tratada adecuadamente.
- El tratamiento inadecuado de materiales que forman parte de los productos electrónicos como PVC, el BFR, los policlo-robifenilos (PCB), plomo, cromo, antimonio, bario, etc. puede afectar gravemente a la salud de las personas.
- En Guiyu (China), donde se procesa una gran cantidad de residuos electrónicos, más de un 88% de niños tienen niveles muy altos de plomo en la sangre. Los habitantes de Guiyu tienen, además, los niveles de dioxina más altos jamás encontrados en personas.
- Muchos residuos de electrónicos se exportan, en ocasiones de forma ilegal, a países en desarrollo como Nigeria, China o Pakistán, donde no hay una adecuada legislación medioambiental. En Lagos (Nigeria) llegan cada mes unos 500 barcos contenedores transportando equipos informáticos desechados en Estados Unidos.
Ante datos como los anteriores la pregunta es ¿qué podemos hacer? Volviendo a Tira del Cable encontramos algunas respuestas:
- A nivel individual aplicar medidas para reducir la basura electrónica como no comprar un equipo nuevo si ya se tienen satisfechas las necesidades con el actual; intentar reparar los equipos estropeados; regalar los que todavía funcionan y se van a dejar de utilizar a otras personas, o venderlos a empresas de compraventa de electrónicos; o llevarlos a los puntos de recogida de residuos electrónicos si no funcionan y no se pueden reparar.
- En el caso de los gobiernos, establecer autoridades nacionales encargadas del monitoreo de la recolección de desechos electrónicos, el reciclaje y los flujos de exportación, de forma que se verifique si los productores cumplen adecuadamente con su responsabilidad.
- Los fabricantes, por su parte, deberían eliminar el uso de materiales peligrosos, especialmente los plásticos PVC, BFR, antimonio, berilio y ftalatos; incrementar el uso de materiales reciclados, especialmente plástico; desarrollar productos más duraderos, fáciles de reparar y reciclar; y conseguir altas tasas de recuperación y reciclado (se puede reciclar aproximadamente el 95% de un ordenador y el 92,5 % de un móvil).
Y sólo hemos hablado de residuos. La campaña profundiza en otras cuestiones como los conflictos vinculados al control de recursos necesarios para la producción de estos dispositivos, los impactos sociales y medioambientales vinculados a su producción o los impactos durante su uso, pero son temas que exceden al objetivo de este blog, así que os dejo un enlace por si estáis interesados en saber más.
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