Sogama licita, por un importe cercano a los cinco millones de euros, el alquiler de dos depuradoras de ósmosis inversa a instalar en el vertedero de Areosa

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(SOGAMA) La Sociedade Galega do Medio Ambiente licita, por un período de tres años, prorrogable hasta un máximo de cuatro, y un importe de 4.846.670,90 euros, el alquiler de dos depuradoras de ósmosis inversa para la depuración de los lixiviados generados en el vertedero de Areosa, infraestructura emplazada en el municipio coruñés de Cerceda en la que se recepcionan los residuos que el complejo medioambiental de esta empresa pública, por falta de capacidad, no puede procesar.

Mientras que una de ellas sustituirá a una de las tres existentes, y cuyo contrato de alquiler está a punto de vencer, la cuarta dará servicio al área de recrecido del vertedero, atendiendo de esta forma a las nuevas necesidades de depuración que generará la fase que se encuentra actualmente en explotación.

El contrato incluye igualmente la prestación de un servicio técnico para el mantenimiento y, en su caso, reparación de ambas máquinas, que serán similares y trabajarán de forma independiente, contando cada una de ellas con una capacidad de tratamiento para 180 metros cúbicos de lixiviado al día, así como una disponibilidad mínima mensual del 90 por ciento y una mínima anual del 92 por ciento. Si bien la operación de las mismas se realizará por terceros, el adjudicatario queda obligado a impartir los correspondientes cursos de formación al personal encargado de su funcionamiento.

Las dos instalaciones se suministrarán por separado con el objetivo de permitir su movilidad y, si fuese necesario, su cambio de ubicación física en el propio recinto del vertedero.

El control del funcionamiento integral de cada depuradora se realizará automáticamente a través de un sistema tipo SCADA, dotado de un registro histórico de datos relativos a parámetros tales como caudal, presión, temperatura, vertido, etc, que se almacenarán por un espacio de tiempo no inferior a un año.

Funcionamiento de las Depuradoras

Una serie de bombas aspirarán desde las balsas el lixiviado a depurar, que se introducirá a continuación en unos filtros de arena con sistema de limpieza a contracorriente. Tras el filtrado y circulación por los módulos de membranas, se obtiene el permeado, que deberá cumplir con las condiciones de vertido establecidas en la Autorización Ambiental Integrada.

Este permeado se almacenará en un depósito de volumen no inferior a 10 metros cúbicos, pudiendo ser vertido desde el mismo a canal público o, en su caso, ser reutilizado en el propio proceso de depuración como aporte de agua para las limpiezas y regeneraciones necesarias (es el caso de la limpieza de los filtros de arena anteriormente referenciados).

Las depuradoras permitirán controlar, en continuo y de forma automática, el pH, presiones, caudales (de forma independiente, tanto el lixiviado como el permeado y el concentrado), conductividad, niveles de tanque, temperaturas y, en general, todos aquellos otros equipos que sean necesarios para obtener información, en tiempo real, del funcionamiento de las mismas. Además, éstas estarán dotadas de un mecanismo de seguridad que permitirá la autoprotección de los sistemas que las integran frente a una parada intempestiva.

Recepción con Garantías

Con carácter previo a la recepción de las plantas depuradoras, el contratista procederá a la entrega de un dossier en el que figuren todos los documentos necesarios que acrediten el cumplimiento de la normativa vigente, incluyendo, entre otros, la entrega de los certificados de inspección emitidos por Organismos de Control Autorizados, los resultados de las analíticas realizadas por un laboratorio independiente acreditado por la ENAC y el informe de producción emitido durante la realización de las pruebas de puesta en marcha, debiendo incluir en el mismo datos relativos a los volúmenes de lixiviado tratado y permeado a la salida de las depuradoras, así como volumen de permeado en tanque, además de otros relativos al consumo de reactivos, incidencias, etc.

Asimismo, el adjudicatario deberá estar disponible, en cualquier momento y de forma inmediata, las 24 horas del día, encargándose del servicio de mantenimiento, tanto preventivo como correctivo, para lo cual contará, en las propias instalaciones o en sus proximidades, con un stock de repuestos mínimos (filtros, membranas, sondas de pH, cierres mecánicos para la bombas, etc).

Penalizaciones

El pliego establece una serie de garantías vinculadas, entre otros aspectos, a la disponibilidad por demoras en el tratamiento de lixiviados, en cuyo caso Sogama podrá aplicar una penalización del 5 por ciento del importe total facturado en los últimos tres meses del contrato por cada día de retraso, hasta un máximo del 10 por ciento.

También se alude a garantías de rendimiento, que, de encontrarse por debajo de lo ofertado por el adjudicatario, conllevará una penalización del 10 por ciento de la partida fija anual, pudiendo dar lugar a la resolución del contrato si no es corregido en el plazo máximo de dos meses, así como a garantías de calidad para el permeado, estableciendo una penalización del 10 por ciento si se detectan vertidos cuyos valores estén por encima del límite establecido, con independencia de la reclamación por daños y perjuicios que corresponda, así como el pago de las sanciones que emita la administración competente.

En el caso de incumplimiento de los plazos de entrega en la ejecución de la obra civil, instalaciones y puesta en marcha de las depuradoras, se aplicará una penalización del 5 por ciento del importe del contrato por cada semana de retraso, hasta un máximo del 10 por ciento.

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