Santiago de Compostela y SOGAMA suman esfuerzos para luchar contra los residuos

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La Fundación Santiago Centro, el concello de Santiago de Compostela y Sogama han rubricado un convenio de colaboración a través del cual se comprometen a sumar esfuerzos en un frente común: la preservación del medio ambiente y la mejora del bienestar y calidad de vida del vecindario de la ciudad. Y lo harán luchando contra una de las principales amenazas, los residuos, y más concretamente contra los efectos negativos que sobre el entorno tiene la alta proliferación de bolsas plásticas no biodegradables de un solo uso.

Es por ello que Santiago Centro, a través de las aproximadamente 145 entidades adscritas a la misma, y que se encuentran emplazadas en la zona del Ensanche, procederá al reparto de 30.000 bolsas de papel reciclado, reutilizables y reciclables, bautizadas con el lema “Contigo, ata o fin”. El objetivo es que tanto los comerciantes como los consumidores abandonen el uso desmesurado de las bolsas de plástico y apuesten de lleno por la reutilización, un gesto que, sin lugar a dudas, traerá consigo importantes beneficios ambientales, contribuyendo al ahorro de energía y de materias primas.

Información y Formación: Una Prioridad

Pero la campaña a ejecutar no se limitará a una mera distribución de bolsas ecológicas, sino que la pretensión es que los titulares de los establecimientos lleven a cabo acciones informativas y formativas dirigidas a los clientes en las que recordarán la importancia de minimizar la producción de basura, a través de un consumo responsable, y de alargar la vida útil de los productos mediante el máximo aprovechamiento de los mismos, participando activamente en los mecanismos de recogida selectiva.

Además, el concello asumirá el desarrollo de talleres ambientales dirigidos a la población en general, y a los escolares en particular, orientados a sensibilizar a la ciudadanía sobre la correcta gestión domiciliaria de los desperdicios generados en el hogar. Tendrán lugar en la Plaza Roja los días 17 y 18 de julio, y a los mismos se unirá el juego gigante de los residuos de Sogama, con el que los pequeños tendrán la oportunidad de poner a prueba sus conocimientos en la materia.

Y es que separar los desechos en origen y depositarlos en los distintos contenedores ubicados en las vías públicas constituye un hábito que, de incorporarlo a nuestra vida cotidiana, tiene una gran recompensa ambiental: el reciclaje. Pero no sólo, ya que el concello también podrá salir beneficiado económicamente si consigue remitir a la industria transformadora la mayor cantidad posible de desechos que cumplan con los mínimos de calidad. De ser así, no sólo estará contribuyendo al cuidado del entorno, sino que recibirá ingresos por parte de los Sistemas Integrados de Gestión, que podrá destinar a otras actuaciones sociales y ambientales.

La Eliminación de las Bolsas Plásticas, en el Horizonte

Durante las últimas décadas, el desmesurado consumo de bolsas plásticas ha derivado en un verdadero problema ambiental que es necesario combatir desde distintos medios, incluyendo los legales. Los datos hablan por sí mismos: cada habitante utiliza anualmente una media de 238 unidades y, de éstas, tan solo el 10 por ciento acaba en el contenedor amarillo para ser recicladas.

Si bien una bolsa convencional tiene una vida útil de 15 minutos, lo justo para llevar la compra desde la tienda a casa, en el entorno puede tardar hasta 400 años en descomponerse. En el medio acuático la situación está resultando verdaderamente dramática. Se estima que del orden de 10.000 animales como ballenas, focas o tortugas mueren cada año por ingesta de plásticos que confunden con alimento. En algunos casos, éstos incluso llegan a acumularse en los fondos marinos, impidiendo el crecimiento de las algas que sirven de sustento a muchas especies.

La reutilización es el camino a seguir y, si bien es importante seleccionar con cautela el material de la bolsa que vayamos a reutilizar, algunos expertos coinciden en señalar que, más que el material con el que esté confeccionada, lo importante es el número de veces que se reutilice.

La Ley estatal 22/2011, de 28 de julio, de Residuos y Suelos Contaminados, establece un calendario para la progresiva sustitución de las bolsas de plástico de un solo uso hasta su total prohibición en 2018. Así, se pretende sustituir, para el año 2012, el 60 por ciento de estas bolsas, porcentaje que será incrementado hasta un 70 por ciento antes del 2015, fecha a partir de la cual se obligará a marcarlas con un mensaje sobre sus perniciosos efectos medioambientales, y hasta un 80 por ciento para el 2016, período en el que el Gobierno nacional evaluará la consecución de los objetivos de dicho calendario y la conveniencia de adoptar medidas fiscales sobre su consumo.

En todo caso, el fin último es la eliminación del cien por cien de este tipo de bolsas para el año 2018, con excepción de las que se usen para contener alimentos perecederos como pescados y carnes.

La Fundación Santiago Centro se quiere adelantar a la norma con esta iniciativa, pues el nivel de concienciación del consumidor será, en todo caso, el que dicte el comportamiento a seguir; de ahí la importancia de la formación, que será reforzada, en el marco de este acuerdo, con distintas actividades educativas y lúdicas en las que cobrarán especial protagonismo los más pequeños, toda vez que éstos constituyen en muchos casos el ejemplo a seguir.

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