Los residuos de medicinas perjudican gravemente a los organismos acuáticos

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  • residuos medicinas perjudican gravemente organismos acuáticos
  • La combinación en el medio ambiente de sustancias como antibióticos, estimulantes, analgésicos y drogas psiquiátricas tienen un efecto biológico difícil de medir.
  • Ahora, un equipo internacional, liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Alcalá, ha desarrollado un método que permite evaluar con precisión el impacto ambiental de mezclas de contaminantes emergentes a bajas concentraciones en ríos.

Sobre la Entidad

Universidad Autónoma de Madrid
a Universidad Autónoma de Madrid (UAM) es una universidad pública que se fundó en 1968, momento en que sus facultades estaban dispersas por diversos edificios de la capital española. Es una de las 6 universidades públicas de la Comunidad de Madrid.

Los actuales métodos de evaluación de riesgos de mezclas de contaminantes en medios naturales no son precisos a la hora de determinar el impacto real de estas mezclas. Además, pueden estar pasando por alto qué contaminantes, de los presentes en las mezclas, son los verdaderamente dañinos en el medio ambiente.

Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Alcalá (UAH), en colaboración con grupos de la Universidad de Girona y la Universidad de Florida, han demostrado la existencia de efectos relevantes de mezclas de contaminantes emergentes sobre organismos acuáticos en concentraciones ambientales.

Marco experimental del estudio. Los resultados fueron posibles gracias a un abordaje experimental que acopla metodologías de sensibilidad global con cribado de alto rendimiento (GSA-QHTS). (UAM)

Los resultados, publicados en la revista Science Advances, también identifican cuáles de los contaminantes estudiados (antibióticos, estimulantes, analgésicos, drogas psiquiátricas, entre otros) son los principales responsables de estos efectos.

“En la investigación utilizamos un método que combina técnicas experimentales de alto rendimiento con un enfoque estadístico novedoso, el cual nos permitió estudiar el efecto de 180 mezclas de 16 contaminantes emergentes”, destaca Francisca Fernández Piñas, directora del departamento de Biología de la UAM.

“Además, incluimos dos intensidades lumínicas como estresor ambiental en un conjunto de casi 2.700 observaciones independientes, lo que constituye la serie más completa de observaciones estudiada hasta la fecha en un único ensayo. Aunque se trata de un desarrollo ad hoc, este método puede tener aplicaciones mucho más amplias en campos como la medicina y la biología”, agrega la investigadora.

Hasta ahora se creía que el efecto de concentraciones muy bajas era casi siempre irrelevante 

Nuevos paradigmas

Hasta ahora se creía que el efecto de concentraciones muy bajas –por debajo de un microgramo por litro, lo que equivale aproximadamente a una dosis de paracetamol disuelta en una piscina olímpica– era casi siempre irrelevante y no tenía efectos sobre los organismos acuáticos del medio receptor.

Hasta ahora también se pensaba que toda mezcla se comporta como si se tratase de una sola sustancia, cuya concentración se obtiene sumando las de los compuestos individuales corregidos por un valor tanto más alto cuanto mayor es su toxicidad individual (esto es lo que se conoce como método de adición de concentración).  

“Nuestro trabajo demuestra que, contrario a los paradigmas actuales, existe un efecto medible de mezclas en concentraciones muy bajas sobre microorganismos y comunidades microbianas acuáticas, donde habitualmente se suponía que las variaciones de las determinaciones eran debidas únicamente a la incertidumbre estadística”, señala Roberto Rosal, profesor del departamento de Ingeniería Química de la UAH.

“Los resultados obligan por tanto a redefinir la metodología que identifica la presencia de mezclas tóxicas en contaminantes antropogénicos, ya que el método tradicional basado en la mera suma de concentraciones corregidas por la potencia del tóxico, si bien ofrece una forma sencilla de comprender y calcular, conduce a una infravaloración del riesgo ambiental”, concluye el investigador.

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