Tras la reciente impartición de un seminario en la sede de la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre en el concello coruñés de Val do Dubra, donde Sogama habló sobre su aportación a la economía circular a través de la gestión sostenible de los residuos urbanos, esta empresa pública, en su firme apuesta por la responsabilidad social corporativa, ha decidido colaborar con esta organización a través de la cesión de dos compostadores, con capacidad para 340 litros cada uno, a fin de que los usuarios del centro dubrés puedan elaborar compost a partir de la fracción orgánica generada y utilizar el abono natural resultanteen los huertos ecológicos con los que cuenta la entidad y en los que cultivan múltiples productos (verduras, hortalizas, frutas, etc), que luego destinan al autoconsumo. Una actividad con la que los internos se mantienen ocupados y a través de la cual comprueban cada día, en un continuo proceso de retroalimentación, los resultados de su trabajo y esfuerzo.
La dimensión ambiental, integrada desde hace tiempo en el objetivo de reinserción social por el que apuesta Proyecto Hombre, se complementa con una rigurosa recogida selectiva de residuos en origen a fin de promover su posterior reciclado. No en vano, las dependencias de esa asociación están dotadas con contenedores diferenciados en los que se depositan las distintas fracciones de desechos para que éstos puedan ser transformados en nuevas materias primas, contribuyendo de esta forma a la protección del entorno y al ahorro económico.
El orden, las rutinas y los buenos hábitos necesarios para preservar el medio ambiente constituyen una terapia de apoyo para conseguir que la posterior reinserción sea exitosa, permitiendo trabajar valores esenciales para la vida tales como el respeto, la autoestima, el compañerismo, la solidaridad y la empatía.
Todo un símbolo en la lucha contra las adicciones
Proyecto Hombre es una asociación sin ánimo de lucro, con más de 25 años de vida, cuyo cometido se centra en la lucha contra diferentes adicciones, ayudando a las personas que las sufren en el proceso de recuperación y asesorando a sus familias en los comportamientos a adoptar con el objetivo de que influyan de forma decisiva en la configuración de un futuro más esperanzador para los pacientes.
Además de los programas base destinados a consumidores de sustancias con ciertas características de desestructuración familiar y social, la organización trabaja en programas específicos para personas con problemas de dependencia alcohólica; programas para adicciones sin sustancia, especialmente ludopatías y otras tales como chats, móviles, compras compulsivas, etc; adaptaciones para patología dual (al trastorno adictivo se suma un trastorno mental diagnosticado); y programas de motivación intrapenitenciarios y comunidad terapéutica, centrados en la rehabilitación ligada a drogodependencias.
Todo un elenco de actividades que hacen de esta organización un verdadero símbolo y punto de referencia en la lucha contra las adicciones y que, con su trabajo y tesón, ha logrado que muchas personas recuperen su dignidad y disfruten de una vida plena y feliz.
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