Zabalgarbi: Cuando el residuo urbano participa en la regeneración ambiental de su entorno

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  • Zabalgarbi: Cuando residuo urbano participa regeneración ambiental entorno
  • La instalación, que viene tratando del orden de 225.000 toneladas anuales de residuos, da servicio a más de 100 municipios de Bizkaia y produce un tercio de la energía que consumen los hogares de la provincia.
  • Durante su intervención en una jornada sobre gestión sostenible de residuos y economía circular promovida por Sogama en A Coruña, el Director General de Zabalgarbi, Mikel Huizi, apeló a la necesidad de derribar falsos mitos sobre las plantas de valorización energética y permitir que desempeñen el papel que realmente les corresponde: producir la energía de la economía circular.
  • Recordó que estas infraestructuras consiguen poner en valor los residuos no reciclables aprovechando, de una forma limpia y respetuosa con el medio ambiente y la salud, el potencial energético contenido en los mismos.
  • El exhaustivo control ambiental de los procesos industriales de Zabalgarbi se configura como una constante inherente a su operativa. En este escenario, no es de extrañar que “el residuo urbano de Bizkaia participe en la regeneración ambiental de su entorno”.

Sobre la Entidad

SOGAMA
La Sociedade Galega do Medio Ambiente (SOGAMA) es una empresa pública autonómica, creada en el año 1992 por el Decreto 111/1992 de la Xunta de Galicia, y adscrita a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas.

La valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos desempeña un papel incontestable en la economía circular”. Así se expresó Mikel Huizi Leiza, Director General de Zabalgarbi (Bilbao), en la jornada que Sogama celebró el pasado 12 de mayo en A Coruña bajo el título “La gestión sostenible de los residuos en la economía circular”. Huizi apeló a la necesidad de derribar falsos mitos y permitir que la valorización energética desempeñe el papel que le corresponde, que no es otro que producir la energía de la economía circular, y que ocupe el puesto asignado en la gestión jerarquizada de residuos promulgada por la Unión Europea: posterior al reciclado, pero anterior al vertedero, dado el negativo impacto de este último sobre el entorno y la salud.

En el caso de Zabalgarbi, la excelencia constituye el principal atributo de un trabajo continuo e incansable dirigido hacia la mejor gestión de los residuos, ofreciendo una solución integral para el correcto tratamiento de los mismos, que en todo caso va acompañada por otros ingredientes tales como la calidad, la transparencia, el rigor y el firme compromiso con el medio ambiente y el bienestar y calidad de vida de los ciudadanos.

Solución ambiental y energética

“La valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos desempeña un papel incontestable en la economía circular”

El proyecto de Zabalgarbi, con una participación pública del 35% y una privada del 65%, se remonta a la década de los 90, momento en el que Bizkaia carecía de suelo para construir nuevos vertederos y adolecía de un déficit en generación eléctrica. En 2005, con la puesta en marcha de la planta vasca se pretendía reducir el vertido, aprovechar el potencial material y energético contenido en los residuos y producir energía eléctrica renovable.

En este escenario, se construyó una planta de valorización energética de 100 MW de potencia para producir electricidad con la adaptación de la tecnología de las plantas de ciclo combinado de gas a las modernas plantas de valorización energética de residuos.

La planta, que viene tratando 225.000 toneladas anuales de residuos, da servicio a más de 100 municipios de Bizkaia, aglutinando a una población de 1.052.000 habitantes y generando un tercio de la energía que consumen los hogares de la provincia (479,8 millones de KWh).

Asimismo, y como no podía ser de otra forma, lleva a cabo un exhaustivo control de todos sus procesos industriales, garantizando el máximo respeto medioambiental a través de la adopción de tecnologías de última generación con las que garantiza que todos los parámetros de emisión se encuentren muy por debajo de los límites legales.

Este modus operandi es una tónica habitual en las plantas modernas de valorización energética, sobre las que pesa una estricta normativa, mucho más exigente que la que rige para otras infraestructuras industriales.

Con el paso de los años y gracias al trabajo enmarcado en su política de responsabilidad social corporativa, Zabalgarbi ha demostrado que “el residuo urbano de Bizkaia ya participa en la regeneración ambiental de su entorno”.

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