"El ciudadano ya sabe que un medicamento en la basura constituye una fuente de contaminación"

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  • " ciudadano ya sabe que medicamento basura constituye fuente contaminación"
  • Así lo manifestó Juan Carlos Mampaso, Director General de Sigre, en EsRadio, donde habló de la importancia de llevar a cabo una gestión adecuada de los envases y restos de medicamentos.
  • Para facilitar la colaboración de la población, las farmacias cuentan con los denominados puntos Sigre, contenedores desde los cuales estos materiales viajan a las plantas de tratamiento para proceder a la recuperación y/o eliminación controlada de sus componentes.
  • Con tal fin, el máximo responsable de Sigre recomienda revisar el botiquín de nuestras casas cada cuatro o seis meses para comprobar los medicamentos que han caducado o que están a punto de caducar, garantizando el correcto tratamiento de los mismos.
  • Mampaso recordó que el reenvío de medicamentos a otros países está totalmente prohibido por la normativa.

Sobre la Entidad

SOGAMA
La Sociedade Galega do Medio Ambiente (SOGAMA) es una empresa pública autonómica, creada en el año 1992 por el Decreto 111/1992 de la Xunta de Galicia, y adscrita a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas.

Sigre cumple 15 años. Así lo trasladó ante los micrófonos de EsRadio su Director General, Juan Carlos Mampaso, donde aludió a los inicios de este Sistema Integrado de Gestión, creado en su momento por los propios laboratorios farmacéuticos, en el marco de la legislación Europea aplicable, con el objetivo de gestionar adecuadamente los envases y restos de medicamentos procedentes de los hogares, y que hasta entonces se arrojaban a la basura o se vertían por los desagües, permitiendo que éstos recibiesen un tratamiento ambiental correcto.

Para garantizar la operativa del modelo, se dispone, tal y como apunta Mampaso, de una magnífica red de farmacias que cuentan con el denominado punto Sigre. “Todas colaboran, siendo esta red uno de los puntos fuertes del sistema”, precisó.

La revisión del botiquín, un hábito saludable

En este sentido, recomienda a los ciudadanos que entreguen en el punto Sigre de la farmacia más cercana los envases vacíos, toda vez que en el frasco del jarabe o en el blíster pueden quedar restos de medicamentos. Es por ello que el máximo responsable de Sigre recomienda revisar el botiquín periódicamente, cada cuatro o seis meses aproximadamente, a fin de comprobar los medicamentos que han caducado o que están a punto de caducar y, de esta forma, propiciar su adecuada gestión.

Cualquier medicamento que haya salido del circuito farmacéutico o sanitario no debe ser reutilizado en lo que denominamos tercer o cuarto mundo

No obstante, incidió en que “La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido unas directrices muy claras sobre este asunto, en el sentido de que cualquier medicamento que haya salido del circuito farmacéutico o sanitario no debe ser reutilizado en lo que denominamos tercer o cuarto mundo”. Y ello es debido, tal y como explicó, a que se pierde el control porque no se sabe en qué condiciones se han almacenado los medicamentos, por lo que se corre el riesgo de que éstos incluso lleguen a transmitir enfermedades, con la particularidad adicional de que pueden acabar en países con un idioma diferente en el que no se entiendan los prospectos.

Recuperación y eliminación

Una vez que los envases y restos de medicamentos son recogidos a través de los contenedores Sigre, es la propia distribuidora farmacéutica la encargada de transportarlos al lugar de tratamiento. “De esta forma se aprovechan sinergias”, es decir, de paso que se entregan los productos nuevos en las farmacias, se recogen los viejos, con lo cual, además de fomentar el ahorro, se disminuye notablemente la contaminación.

La planta que se encarga de la gestión de estos materiales, sita en Valladolid, constituye todo un referente a nivel europeo. Allí se separa el envase del medicamento, posibilitando el reciclaje de los materiales susceptibles de ser recuperados (papel, cartón, aluminio, vidrio…) “De ahí la conveniencia de que los envases estén vacíos”, apuntó Juan Carlos Mampaso.

Respecto a los medicamentos en sí, se retiran los que están catalogados como más tóxicos, que habitualmente son los que se emplean para tratamientos cancerígenos, debiendo éstos ser sometidos a una gestión específica. El resto, debido a su alto poder calorífico por tratarse de productos químicos, se utilizan como combustible en instalaciones industriales. “Ahora se están empleando en cementeras. Dada las elevadas temperaturas a las que operan, no dejan residuo, incorporándose éste al propio cemento, dándole un valor añadido al medicamento”, abundó.

Juan Carlos Mampaso se muestra convencido de que, a día de hoy, el ciudadano ya sabe que la presencia de una pila o un medicamento en la basura o en el desagüe, constituye una fuente de contaminación, causando graves problemas en el agua. Las depuradoras, con la tecnología actual, no pueden filtrar todos los principios activos, por lo que cabe la posibilidad de volver a encontrar trazas de los mismos en los ríos, por ejemplo, lo que podría implicar la presencia de restos de medicamentos en los alimentos. “Y esto se evita utilizando el punto Sigre”, subrayó.

A su juicio, hay que tener respeto al medicamento. “Es muy bueno porque alivia y cura, pero si no lo utilizamos adecuadamente, puede resultar peligroso para el medio ambiente y la salud”, resolvió.

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