La gallinaza, materia prima de un compuesto para la industria cosmética y agropecuaria

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  • gallinaza, materia prima compuesto industria cosmética y agropecuaria
  • Este residuo duplica la producción del ácido láctico, clave en las industrias alimenticia, cosmética, farmacéutica, agropecuaria y química

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El abono procesado biológicamente a partir de los excrementos de las gallinas ponedoras, o gallinaza compostada, mejora en un 90 % la producción de ácido láctico en comparación con el extracto de levadura, que normalmente se usa en dicho proceso, explica Jhon Jairo Aragón Arias, magíster en Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).

Así mismo, el investigador advierte que la gallinaza compostada es un producto más económico, pues disminuye en un 92 % los costos operacionales, mientras que el extracto de levadura representa un 60 % del valor de fabricación.

La gallinaza compostada aporta el nitrógeno y los compuestos requeridos para el crecimiento de los microorganismos que participan en la fermentación que genera el ácido láctico; en este proceso también participan fuentes de carbono como los azúcares y las fuentes minerales.

Durante un proceso de investigación que duró dos años, el magíster Aragón también probó con otras fuentes alternativas al extracto de levadura: harina de soya, humus de lombriz y semillas de guayaba.

Sin embargo, la harina de soya aporta proteínas demasiado grandes para los microorganismos; el humus o excremento de lombriz no logra que estos crezcan; y las semillas de guayaba consiguen que estos se desarrollen pero no lo suficiente para crear el ácido láctico.

Cabe señalar que el ácido láctico participa en varios sectores industriales. En el alimenticio, por ejemplo, es clave para la creación de acidulantes –sustancias que regulan la acidez de los alimentos– y conservantes.

En la industria cosmética tiene diferentes usos como la regulación de la acidez de los jabones, con el fin de proteger las zonas sensibles del cuerpo y evitar infecciones.

De igual manera, en el sector farmacéutico participa en la creación de sustancias para diálisis, y en la fabricación de prótesis. En el agropecuario ayuda en la regulación del pH –o nivel de acidez de los suelos–, y en la producción de bioplásticos y plásticos biodegradables; y en la industria química ayuda, por ejemplo, en la fabricación de disolventes.

Para llegar a estos resultados los investigadores escogieron la fermentación de ácido láctico como modelo de producción a estudiar, y después caracterizaron las bacterias y los microorganismos que participan en dicho proceso.

Una vez culminado este análisis se establecieron las fuentes alternativas a evaluar considerando si se producían en el país, cuál era el costo y el contenido de nitrógeno; posteriormente, durante un año, se llevaron a cabo las pruebas finales en el Laboratorio de Biotecnología y en el de Farmacia de la U.N. Sede Bogotá.

Las pruebas que se realizaron fueron a nivel de laboratorio. Sería interesante si se escalan a pruebas piloto en el sector industrial con el fin de explorar nuevas alternativas de producción”, concluye el investigador Aragón.

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